Tal y como yo lo entiendo, la Fe no es certeza…  Sino apertura, esperanza, posibilidad.

A mí la Fe no me genera seguridad, sino confianza.

Si tengo fe en tu palabra, o en la de Dios, o en la de quien sea, lo que digas tendrá para mí visos de realidad…  Pero en ningún caso suspenderá mi juicio crítico.  

Mi Fe no puede oponerse a mi razón.  Puede ir más allá de ella, pero no contra ella.  Si en algún momento lo que creo y lo que pienso entran en conflicto, reflexionaré al respecto abierto a nuevas comprensiones que no he barajado, considerando la creencia con ánimo de entender, desde una posición inclusiva.

Pero la Fe, al menos mi fe, debe ser inteligente, no irracional.  Porque la irracionalidad da lugar a la ceguera y al fanatismo, al desencuentro, al miedo y al conflicto.

Y mi experiencia personal de la Fe, totalmente particular, es que ésta tiende a la Unidad, a la apertura amorosa, a la comprensión y al desarrollo de lo mejor que hay en nosotros.

La Fe nos debe hacer crecer…  ¿Para qué queremos una fe que nos empequeñezca?

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