Doy clases de sociología.
Y soy consciente de que nos hacemos en relación.
De que el trato con los demás nos da forma.
De que nos humanizamos e individualizamos en la tensión existente entre nuestra naturaleza más íntima y lo que los demás toleran y esperan de nosotros.
Así que reconozco la importancia de los demás en nuestro desarrollo personal.
Pero también conozco a los demás…
Y por eso valoro su opinión en su justa medida.
Está bien escuchar y recibir consejo.
Pero sin permitir que nublen nuestro juicio.
Deben arrojar luz, no sombras.
Y somos nosotros quienes debemos distinguir la una de las otras.
Porque los demás no lo harán.
Me ha hecho pensar sobre este tema una anécdota que he leído sobre Charles Chaplin.
Su veracidad no está totalmente contrastada, pero fue dada por cierta en varios medios de prensa en torno a 1920.
Te la cuento porque contiene tanta sabiduría como el mejor cuento de Tony De Mello.
Parece ser que el famoso actor, escritor, director y productor de cine participó -en torno a 1915- en un concurso de imitadores de Chaplin.
Era la época de la ‘Chaplinitis’ en Estados Unidos, y hubo varios concursos en los que personas, disfrazadas, trataban de imitar los andares y movimientos del famosísimo personaje.
El propio Chaplin consideró divertido apuntarse a uno de estos concursos y darles una lección al resto de concursantes.
La lección se la dieron a él.
Su fracaso fue estrepitoso.
El jurado le dio la peor de las calificaciones.
Era el peor Chaplin del concurso.
Como para fiarse de la objetividad del juicio de los demás.
Si después de leer esta anécdota te sigue preocupando cómo te juzguen los otros, todo lo que te pase es poco.
Aprende a juzgarte a ti mismo -a ti misma- con objetividad y cariño.
Nadie puede conocerte ni descubrirte mejor que tú.
Escucha a los demás, pero no dejes que silencien tu voz interior.
Ella es la que te susurrará quién eres -o puedes llegar a ser- en realidad.
Este LIBRO también te ayudará a escucharla, a descubrirte y a encaminarte por el mejor de los caminos: https://amzn.to/3TA5LFv
Para ser tú mismo -tú misma- primero debes conocerte.
Y este libro te ayuda a hacerlo.
Te desvela tu camino.
Léelo.
¡Que tengas un día fantabuloso!
Nos seguimos leyendo.