Como ya apuntaba en mi anterior post, he estado a punto de perder a mi esposa. Es una experiencia terrible… Pero en nuestras manos está que sea terribñle y sin sentido o que, al menos, suponga un acicate para pensar.

Como tengo clara mi opción, hoy comparto -brevemente- algunas de las cosas que han cambiado en mi interior tras pensar que mi mujer iba a morir.  Es mi experiencia, y como tal debe ser tomada, con todo el subjetivismo y las limitaciones propias del punto de vista que uno tiene desde su propia vida y que, está claro, no tienen por qué coincidir con las de los demás.

Piensa que puede pasarle a cualquiera, ahora lo sé… También a mí, o a ti. La cuestión es: ¿es posible aprender en experiencia ajena?

 

 

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